Sin duda esta es una de las lesiones más habituales entre los deportistas, que pueden dejarnos en el dique seco durante una larga temporada por el fuerte dolor producido por esta lesión

No olvidemos que el tendón de Aquiles es el más fuerte del cuerpo humano, con aproximadamente 10 centímetros de largo, y 1 centímetro de grosor en su parte media. Normalmente la tendinitis suele ser temporal, pero si con el tiempo no desaparece puede producir la degeneración del tendón, convirtiéndose en una tendinosos que pude llegar a producir pequeños desgarros.

La principal causa de la tendinitis del tendón de Aquiles suele ser el uso excesivo de este, o el incremento de la práctica deportiva sin un buen calentamiento previo. Pero además, existen otras causas, tales como el abuso de ejercicios de salto, traumatismos directos, el uso de tacones en las mujeres, calzado inapropiado, artritis previa… etc.

El síntoma más característico de esta lesión es el dolor a lo largo del tendón, que suele llegar hasta el talón. En un primer estadio suele aparecer por las mañanas e ir desapareciendo a lo largo del día, haciéndose de nuevo patente con la práctica de deporte o alguna actividad física. Si no se toman medidas en un primer momento, el dolor puede ser constante con el paso del tiempo. Por ello es muy importante cesar en la actividad física en el momento de la señal de alarma del dolor, previniendo de esta manera agravar la lesión.

Tratamiento en fisioterapia de la tendinitis aquílea

Estos son algunos tratamientos recomendados para la recuperación de la tendinitis aquílea, y que te ofrecemos en Fisiovida y Salud.

  • Electroterapia, con la utilización de corrientes, que ayudarán a bajar la inflamación, a la par que actúa con efecto analgésico aliviando el dolor.
  • Ultrasonido, que ayudará a calentar y movilizar todos los tejidos y estructuras internas
  • Masaje de la musculatura de la pantorrilla
  • Movilizaciones controladas de tobillo y rodilla
  • Estiramientos del triceps sural
  • Ejercicios de fortalecimiento de la zona
  • Ejercicios de propiocepción, en los que se provocan de forma intencionada y controlada desequilibrios sobre la zona.

Y para prevenir, es importante mantener una buena rutina de fortalecimiento y estiramientos de los músculos de la pantorrilla, utilizar calzado adecuado, calentar antes de la actividad física, y conservar siempre una buena condición física.

Si no comenzamos con una buena prevención, es muy posible tener recaídas en la lesión, o incluso complicaciones como la rotura del tendón.

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