La osteopatía craneal es la evaluación y tratamiento de las restricciones de movilidad de los huesos del cráneo. Debemos tener en cuenta que los huesos del cráneo no componen una estructura rígida, sino que sus huesos tienen una capacidad de movimiento, si no tan amplia como cualquier tipo de articulación, só lo suficiente para que estos huesos puedan deslizarse unos sobre otros, dándole capacidad de expansión y contracción a toda la estructura.

Durante la sesión de osteopatía craneal, el osteópata valorará la movilidad de los huesos del cráneo, aplicando diferentes técnicas con el propósito de restaurar la normalidad del mismo, mejorando de esta manera el funcionamiento del sistema nervioso central, la circulación, normalización del tono muscular, transmisión de impulsos… etc.

Esta técnica se ha demostrado como beneficiosa en múltiples patologías, como pueden ser: cervicalgias, cefaleas, migrañas, vértigos, neuralgias, dificultad en la visión y/o audición, trastornos digestivos, trastornos respiratorios, trastornos vasculares, estrés, ansiedad…

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Tras las lumbares, las hernias discales cervicales son las más habituales que se tratan en la consulta de cualquier fisioterapeuta, siendo las más frecuentes las localizadas en la altura C5-C6, y C6-C7.

Se da una hernia discal cuando en el disco que se encuentra entre las vértebras se produce una rotura y sale su núcleo pulposo, pudiendo comprimir raíces nerviosas, produciendo principalmente dolor, y secundariamente otros síntomas como adormecimiento de las extremidades superiores. La protusión discal conlleva también rotura del disco, pero el núcleo pulposo no ha salido del anillo fibroso, por lo que los síntomas son más moderados. Por el contrario, en la extrusión discal, dicho núcleo pulposo queda liberado en el canal raquídeo pudiendo desplazarse en sentido cefálico o caudal, con mayores complicaciones.

¿Cuáles son las causas de la hernia discal cervical?

Las causas pueden ser diversas, pero las más frecuentes suelen ser las siguientes:

  • Enfermedad degenerativa de las vértebras, artrosis, descalcificación…
  • Problemas posturales, al mantener malos hábitos en nuestras rutinas diarias, y mantener el cuello demasiado flexionado de forma prolongada, por ejemplo cuando estamos ante el ordenador, consultando el móvil, etc. En este caso es muy importante un tratamiento de prevención corrigiendo esos malos hábitos.
  • El estrés, que nos puede hacer mantener en tensión la zona (y muchas otras), durante un espacio de tiempo prolongado.
  • Contracturas cervicales sin tratar, que ejercen presión en las vertebras, pudiendo llegar a producir la herniación del disco.
La cirugía de hernia discal cervical está indicada en casos graves, en los que se ofrece como única alternativa cuando otros tratamientos no han dado resultados satisfactorios.
Tratamiento de la hernia discal cervical.
Durante la fase aguda, en la que existe un dolor intenso, el facultativo podrá prescribir un tratamiento farmacológico basado en analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares. Todo ello acompañado de reposo para la zona, en la que se podría utilizar un collarín cervical para tratar de minimizar los movimientos realizados.
Una vez que ha remitido el dolor intenso, se puede pasar a la fisioterapia, pudiendo utilizar los siguientes tratamientos:
  • Tracciones de las vertebras.
  • Tratamiento de termoterapia en la musculatura contracturada.
  • Punción seca en los puntos gatillo localizados.
  • Masoterapia
  • Ejercicios neurodinámicos…

Si ya sufres de alguna hernia discal cervical, no dudes en acudir a Fisiovida y Salud, donde te aplicaremos el tratamiento más adecuado a tu caso. Y si todavía no la tienes, pero te gustaría prevenir, te ayudamos a hacerlo.

En una entrada anterior, ya hablamos sobre el esguince de tobillo, y sus diferentes grados. En esta entrada acompañamos con una imagen explicativa en dónde se pueden interpretar mejor estos diferentes grados.

  • El Grado I corresponde a una elongación, y pequeñas roturas del ligamento.
  • El Grado II muestra elongación, y rotura parcial del ligamento.
  • El Grado III, más avanzado, supone una rotura total del ligamento.

A pesar de que es una lesión muy frecuente, y su recuperación suele ser completa, es recomendable confiar en el trabajo de profesionales para asegurarnos que todo va correctamente, y evitar así esguinces mal curados que pueden desembocar en problemas más importantes.

En Fisiovida y Salud puedes contar con los mejores profesionales.

Esta lesión es más habitual en deportistas que practican fútbol o rugby, al utilizarse calzado con tacos que fijan el pie al suelo en el momento en que la rodilla es forzada a un movimiento más allá de su límite, o en esquiadores, por una causa parecida, bien sea por movimiento forzado o por un traumatismo.

El ligamento lateral interno es primordial para la estabilidad de la rodilla, por lo que si se ve afectado puede producir una inestabilidad aguda o crónica. Actualmente se clasifica esta lesión en tres grados diferentes, según su gravedad:

  • Grado I, que presenta un leve dolor, con algo de inflamación, y la movilidad no se ve afectada.
  • Grado II, con dolor algo más intenso, se acusa cierta pérdida de la funcionalidad, así como inflamación y algo de inestabilidad.
  • Grado III, en donde la funcionabilidad está prácticamente perdida, con inestabilidad manifiesta, inflamación acusada y dolor intenso.

En el momento que se produce la lesión, aparecen unos síntomas muy característicos, como el típico chasquido en el momento de la lesión, inflamación, dolor al tratar de ponerse en pie y/o palpar la zona, inflamación, inestabilidad evidente en la rodilla, etc.

El tratamiento médico variará en función del individuo y el grado de la lesión. En la lesión de grado I se suele utilizar una terapia conservadora con reposo temporal, y posterior programa de rehabilitación para fortalecer la articulación y trabajar la estabilidad. Si la lesión es de grado II o III, se debe valorar al paciente para aplicar un tratamiento conservador si cabe la posibilidad, o de recurrir a una intervención quirúrgica.

Tratamiento con fisioterapia

El tratamiento con fisioterapia se antoja imprescindible para la recuperación de este tipo de lesiones, variando en función del grado de lesión del paciente.

El primer objetivo será aliviar el dolor y la inflamación en la zona para poder realizar ejercicios sin molestia, para lo que se puede recurrir a baños de contraste y electroterapia.

Una gran ayuda puede ser también la hidroterapia, al disminuir el estado de estrés del paciente, y permitir realizar ciertos movimientos de forma indolora, ayudando a reforzar la musculatura por la resistencia que ofrece el agua.

Se complementaría con un programa de ejercicios que ayuden a recuperar la flexión de la rodilla y la estabilidad, a la vez que se gana fuerza muscular, como puede ser el uso de la bicicleta estática.

Y se podría complementar con masajes que permitirían una mejor reorganización de las fibras del ligamento dañado.

Y, cómo no, se debe aplicar siempre la prevención para tratar de evitar en la medida de lo posible la aparición o recaída de este tipo de lesiones. Un buen plan de entrenamiento con trabajo propioceptivo, y ejercicios de coordinación y fuerza resultarían altamente adecuados en este caso, contando con un profesional que supervise nuestros progresos.

Si sufres, o has sufrido un esguince o rotura del ligamento lateral de la rodilla, en Fisiovida y Salud te ofrecemos un tratamiento a tu medida.

Hoy vamos a hablar de una de las lesiones más comunes en el ser humano, el esguince de tobillo. Esta lesión es frecuente no solamente en deportistas, sino en cualquier tipo de persona, ya que se puede producir de manera fortuita al pisar mal un escalón, tener un resbalón, una mala caída, etc.

Se produce un esguince de tobillo cuando los ligamentos se estiran más allá de su capacidad elástica, y sufren algún tipo de daño. Según la gravedad de este daño pueden clasificarse en diferentes grados.

¿Y cómo debe tratarse un esguince de tobillo?. Pues lo más conveniente es recurrir al llamada método RICE, que consiste en aplicación de frío mediante hielo, reposo, elevación, y compresión. Una vez que ha remitido la inflamación inicial se deberá proceder a una movilización controlada del tobillo, que se irá incrementando progresivamente.

Mientras, también se hace conveniente la utilización de un vendaje funcional, que proteja la zona mientras se cura completamente, pero a la vez que permita cierta movilidad sin dolor.

Es muy habitual recaer en esta lesión, o que el dolor se haga crónico, por lo que coloquialmente se denomina “esguince mal curado”. Y también es importante comprobar la correcta curación para evitar complicaciones mayores. Por lo que es conveniente siempre confiar la recuperación de un esguince de tobillo en manos de profesionales.

Si has sufrido recientemente un esguince de tobillo, y quieres recuperarte de la manera más segura, no dudes en acudir a Fisiovida y Salud.

 

 

Si anteriormente hablábamos de la lumbalgia, o dolor lumbar, hoy lo haremos de la cervicalgia, que no es otra cosa que el dolor en la zona cervical, que también puede afectar a los brazos con hormigueos, pinzamientos, debilidad y/o dolor irradiado.

El dolor cervical más conocido y frecuente, y que casi todos hemos sufrido alguna vez, es el conocida coloquialmente como tortícolis, y cuya causa habitual es una postura inadecuada durante un tiempo prolongado, como puede ser dormir en mala posición, o utilizar almohadas o cojines demasiado gruesos. La provoca un espasmo del esternocleidomastoideo.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de la cervicalgia?

  • Mala postura prolongada en el tiempo.
  • Traumatismos.
  • Maloclusión mandibular
  • Contracturas musculares y puntos gatillos miofasciales en trapecios y musculatura cervical.
  • Desgaste de las vértebras, y/o hernia discal cervical.
  • Por consecuencia del llamado “latigazo cervical”, típico de los accidentes de tráfico.
  • Enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide y/o la espondilitis anquilosante.
  • El propio estrés, que puede provocar tensión en la zona. Etc.

Tratamiento fisioterapéutico

Una vez que se ha diagnosticado la causa que produce la cervicalgia, existe una batería de tratamientos que el fisioterapeuta puede utilizar para paliar sus síntomas. Es éste un dolor bastante molesto e incapacitante, ya que en muchas ocasiones nos impide realizar las actividades cotidianas, y pueden aparecer otros síntomas secundarios, como vértigos, mareos, dolores de cabeza… etc.

Lo principal es asegurarse de una higiene postural, y que el paciente adapte la silla en la que trabaja adecuándola a su altura, que se flexionen las piernas para levantar pesos en lugar de hacerlo con la espalda doblada… De nada sirve un tratamiento si no se corrigen estos malos hábitos.

La fisioterapia resulta adecuada para eliminar las contracturas que hayan podido aparecer en el cuello y la zona interescapular, así como ejercicios específicos de tracción de cabeza (la llamada terapia Pompage, por ejemplo), en donde se mantiene la tensión durante un corto periodo de tiempo para posteriormente irla aliviando poco a poco. Así se consigue relajar la tensión del espacio intervertebral.

En otros casos es conveniente comenzar primero con movimientos pasivos del fisioterapeuta, para continuar posteriormente con ejercicios activos del propio paciente. Este tratamiento es idóneo en los casos de cervicalgia por hernia discal.

En cualquier caso, aunque se trate de una dolencia muy común, es importante confiar el diagnóstico y tratamiento en profesionales, para garantizar los mejores resultados.

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La lumbalgia se refiere al dolor que afecta la zona lumbar, siendo éste uno de los dolores más frecuentes en el cuerpo humano. El estilo de vida sedentario típico de la actualidad contribuye a su incremento, tratándose de una de las patologías más habituales en las consultas de fisioterapia y traumatología, y que producen más bajas laborales.

 ¿Cuáles son sus causas?

Varias son las causas que pueden desencadenar una lumbalgia, siendo las principales el sedentarismo, la falta de actividad física, el sobrepeso, malas posturas, el utilizar la espalda para levantar pesos en lugar de las piernas… etc.

Debido al aumento de lumbalgias, se ha disparado también el consumo de medicamentos antiinflamatorios, que a la larga son también perjudiciales para la salud, ya que, aunque actúan directamente sobre el síntoma paliando el dolor, los riñones y el hígado van a sufrir al metabolizar estos medicamentos si los tomamos con cierta frecuencia.

Tratamiento y ejercicios recomendados

El tratamiento más eficaz para aliviar la lumbalgia es el tratamiento fisioterapéutico o la terapia física, ya que algunos masajes, estiramientos, o manipulaciones vertebrales pueden ayudar a disminuir la tensión en la musculatura paravertebral, ayudando así a desbloquear las articulaciones intervertebrales afectadas, por lo que es muy recomendable acudir a un fisioterapeuta.

También es conveniente una prevención, como la práctica regular de ejercicio físico, pérdida del exceso de peso, mantener una buena higiene postural… etc.

Si necesitas tratamiento para aliviar tu lumbalgia o lumbado, puedes acudir a los profesionales de Fisiovida y Salud

Sin duda esta es una de las lesiones más habituales entre los deportistas, que pueden dejarnos en el dique seco durante una larga temporada por el fuerte dolor producido por esta lesión

No olvidemos que el tendón de Aquiles es el más fuerte del cuerpo humano, con aproximadamente 10 centímetros de largo, y 1 centímetro de grosor en su parte media. Normalmente la tendinitis suele ser temporal, pero si con el tiempo no desaparece puede producir la degeneración del tendón, convirtiéndose en una tendinosos que pude llegar a producir pequeños desgarros.

La principal causa de la tendinitis del tendón de Aquiles suele ser el uso excesivo de este, o el incremento de la práctica deportiva sin un buen calentamiento previo. Pero además, existen otras causas, tales como el abuso de ejercicios de salto, traumatismos directos, el uso de tacones en las mujeres, calzado inapropiado, artritis previa… etc.

El síntoma más característico de esta lesión es el dolor a lo largo del tendón, que suele llegar hasta el talón. En un primer estadio suele aparecer por las mañanas e ir desapareciendo a lo largo del día, haciéndose de nuevo patente con la práctica de deporte o alguna actividad física. Si no se toman medidas en un primer momento, el dolor puede ser constante con el paso del tiempo. Por ello es muy importante cesar en la actividad física en el momento de la señal de alarma del dolor, previniendo de esta manera agravar la lesión.

Tratamiento en fisioterapia de la tendinitis aquílea

Estos son algunos tratamientos recomendados para la recuperación de la tendinitis aquílea, y que te ofrecemos en Fisiovida y Salud.

  • Electroterapia, con la utilización de corrientes, que ayudarán a bajar la inflamación, a la par que actúa con efecto analgésico aliviando el dolor.
  • Ultrasonido, que ayudará a calentar y movilizar todos los tejidos y estructuras internas
  • Masaje de la musculatura de la pantorrilla
  • Movilizaciones controladas de tobillo y rodilla
  • Estiramientos del triceps sural
  • Ejercicios de fortalecimiento de la zona
  • Ejercicios de propiocepción, en los que se provocan de forma intencionada y controlada desequilibrios sobre la zona.

Y para prevenir, es importante mantener una buena rutina de fortalecimiento y estiramientos de los músculos de la pantorrilla, utilizar calzado adecuado, calentar antes de la actividad física, y conservar siempre una buena condición física.

Si no comenzamos con una buena prevención, es muy posible tener recaídas en la lesión, o incluso complicaciones como la rotura del tendón.

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